domingo, 28 de junio de 2009

El éxito energético peruano, un modelo a seguir por Bolivia

“Por aquí al Perú, a ser ricos”
Por Boris Gómez Úzqueda*
El conquistador español Francisco Pizarro trazó con su puñal en las playas de la isla del Gallo, una línea de Este a Oeste, indicándoles a sus amotinados soldados que aún no veían el oro del nuevo mundo "Camaradas: por aquí se va a Panamá a ser pobres; por allí al Perú a ser ricos". Y no se equivocó, siglos de penuria después, el Perú es la imagen del boom energético continental con su nueva industria de gas natural.
Los logros peruanos en materia energética son para valorar y admirar. Aquí en Bolivia podríamos estar en igual –o mejor condición de desarrollo de la industria de hidrocarburos- pero la dirigencia estatal prefiere someter a Bolivia a la dictadura de la pobreza y el radicalismo antidemocrático en vez de seguir la exitosa receta peruana de desarrollo energético.
Tiene 16 TCF (trillón de pié cúbico) con proyección a 20 TCF en reservas de gas natural. Desde hace un par de años tiene suscritos casi 70 contratos en E & P (exploración-producción) con multinacionales. Está produciendo a un ritmo cercano a 30 Mmm3d (millón de metros cúbicos por día), menos de lo que en Bolivia se produce, pero con más eficiencia y con proyectos multimillonarios como el de exportación de LNG (gas natural licuificado). Su consumo es casi 13 Mmm3d, están convirtiendo su matriz energética de combustibles a gas: tendrán 50 000 vehículos convertidos a GNC e invirtiendo 1.3 millones USD en cada una de las 60 estaciones nuevas de expendio de combustibles. Aquí en Bolivia a duras penas funcionan las “nacionalizadas”.
El reservorio de gas de Camisea gatilló una industria de 10 mil millones USD en el lapso 2005-2012: tienen 3 yacimientos en explotación, otros en exploración, un gasoducto y un poliducto de 730 km desde la selva peruana a su costa pacífica y una planta de fraccionamiento de GLP y de licuefacción, enfriamiento y almacenaje de LNG en Melchorita, en la costa, han puesto al Perú a la vanguardia de la exportación de gas vía LNG cuando el resto del Continente está importando LNG (Chile, Brasil y Argentina). Todo ello generó empleo e ingresos para miles de familias.
El proyecto Camisea –con 4000 millones USD de inversión en su primera etapa- arrancará llevando LNG a México en 2010 en volúmenes entre 12-17 Mmm3d, a un precio que va a mejorar: 6-7 USD por millar BTU. Tienen ingresos fiscales vía regalía de entre 30-38% dependiendo del precio de gas en boca de pozo. Buenos negocios y buenos contratos entre Estado-compañías han perfilado éste escenario de bonanza en donde los niveles de pobreza han disminuido.
Es para admirar y copiar: la seguridad jurídica, la estabilidad política y la estabilidad tributaria han configurado un escenario atractivo para compañías multinacionales que han aterrizado en Perú con inversiones sectoriales que generan 1000 millones USD anuales por exportación de gas.
Su éxito radicó, entre otros, en promocionar el Perú en nuevos proyectos compartidos de exploración, y proyectos específicos como el upgrade de su refinería de Talara que estará dispuesta a refinar crudo pesados, a un inversión de 1000 millones USD. El total de la inversión prometida por el régimen boliviano para el sector hidrocarburos es sólo una pequeñísima parte de las inversiones peruanas. Es que allá en el Perú tienen una visión clara y un norte objetivo bien definido en energía, en cambio aquí en Bolivia los dirigentes estatales están dedicados al insulto de cantina, como bien dijo el Presidente peruano Alan García.
Ahora están persiguiendo otro objetivo: industrialización con más exploración (cada perforación exploratoria cuesta aproximadamente 25/35 millones USD), más producción y mayor certificación de reservas para encarar proyectos de petroquímica. Y eso que –a la fecha- tienen menos reservas de gas que en Bolivia. Están analizando, entre otros planes, un portafolio de nuevas inversiones en termoeléctricas (20 000 Megavatios, para los próximos 20 años), y petroquímica se segunda generación en amonia, plásticos, PVC y polietilenos, commodities ampliamente demandados en países industrializados.
Eso, y mucho más, es el Perú, a dónde pequeñas compañías y profesionales bolivianos llegan por su capacidad y conocimiento del mercado energético. El Perú es un ejemplo para que Bolivia, cuando cambie su dirección política estatal, se integre en proyectos compartidos.

*Máster en Administración, consultor del sector privado

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