sábado, 7 de febrero de 2009

El diesel nuestro de cada día

Por Boris Gómez Úzqueda
Dado que Bolivia es un país esencialmente de producción de gas y no de petróleo, y el producido es de tipo "liviano" de mayor utilización para gasolina y en un segundo lugar de diesel.
Debiéramos ya volcar esfuerzos para el definitivo cambio de matríz energética a gas. El caso GTL (conversión de gas a líquidos) es para seguir insistiendo en su aplicación.
El caso de líquidos combustibles, como el diesel, es paradigmático.
El consumo de diesel en el país es alto con relación a la capacidad de producción de crudo y de refino de éste combustible. En 2008 Bolivia pagó a Venezuela más de 166,5 millones USD por adquirir diesel venezolano a precio internacional para venderlo a precio subvencionado en el mercado interno.
¿Hasta cuándo se va a despilfarrar el dinero estatal en vez de solucionar estructuralmente la cuestión energética boliviana? Para ejemplo. Santa Cruz necesita más del 45% del diesel oil (importado en su mayoría) en tanto que sólo utiliza 18% de gas natural; 15% de gasolina; 15% de electricidad, y 10% de GLP. Hay un claro desbalance en la matríz energética nacional y por supuesto regional.
En 2008 Bolivia importó 350 mil barriles (bbl) por mes.
Para 2009 seguramente incrementará a 450 mil bbl.
La "falla estructural" del tema radica en que no existe una política de estado en hidrocarburos. No hay la visión de hacer del gas la llave del suministro interno de combustibles y venta externa de excedentes de valor agregado.
Por ello está descuidado el proceso de exploración y naturalmente el de producción, la ausencia de dinero multinacional en éstos rubros ha configurado peligrosos desbalances porque la producción de líquidos -que se extraían de los campos denominados "en declinación"- hoy se centran casi exclusivamente en campos "nuevos", con un doble efecto en la producción: la extracción de líquidos dependiente fuertemente de gas (de los campos nuevos), elevando cotas de relación entre producción de gas y líquidos (teniéndose que producir mucho más gas para obtener la misma cantidad de líquidos, adicionalmente a la composición de líquidos de campos nuevos que es "más liviana").
Como Bolivia no elevó su capacidad de producción de gas obviamente no superó cotas de producción de líquidos: crudo, condensado y gasolina natural disminuyeron. Hoy se produce menos de 48.000 bbld.
La notoria disminución de procesos exploratorios y de producción han estado acompañados por las antiguas condiciones de refino: el upgrade tecnológico de las refinadoras bolivianas es una asignatura pendiente, sino nuevas dependiendo de nuevos niveles de producción.
Para completar el cuadro la tendencia de consumo de diesel incrementó notablemente.
Algunos analistas insisten en utilizar el RECON para paliar la situación del incremento de cotas de consumo de diesel, particularmente en el oriente. No es una solución estructural al problema, por ello Bolivia lo exporta al extranjero dada la incapacidad tecnológica de refinar RECON en el país.
En todo caso la solución global parte de pensar en gasificar la matríz energética boliviana: procesamiento de líquidos a partir del GTL con nuevas tecnologías que resulten en nuevas energías para consumo de mercados ampliados altamente demandantes de diesel: Brasil, como ejemplo.
Para llegar a contar con una industria GTL se debe pensar agregadamente en todo un complejo de industrialización en valor agregado: petroquímica, generación de electricidad a gas, etc.

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