domingo, 1 de febrero de 2009

E n e r g í a s r e n o v a b l e s: B o l i v i a l a g r a n a u s e n t e

Por Boris Gómez Úzqueda
De acuerdo a la página web oficial de IRENA (la agencia internacional de energías renovables), fueron más de 60 países los que suscribieron su acta fundacional en Bonn - Alemania, hace menos de diez días, entre los que -vaya sorpresa!- no se encuentra Bolivia, pero sí su aliado Irán y sí otros países gasíferos como Emiratos Arabes Unidos.
Los Estados suscribientes -a través de ésta nueva agencia- buscarán como objetivo el de fomentar a la promoción y utilización de energías denominadas "limpias".
IRENA será el organismo multilateral que buscará fórmulas é incentivará políticas para el paulatino abandono del consumo de petróleo y carbón. Obviamente habrá que dar pasos muy técnicos y evitar desequilibrios en industria y negocios para que Estados Unidos, Rusia, Japón, China o Brasil, firmen su posterior adscripción.
Entre los países signatarios buscarán hasta junio el lugar de funcionamiento de la sede de la nueva entidad global que viene en un momento oportuno para debatir y deliberar iniciativas conducentes a reducir el calentamiento global. De persistir el consumo de combustibles fósiles continuarán las emisiones de gases de efecto invernadero mismas que aumentarán hasta un 60 por ciento para 2030, elevando la temperatura terrestre en niveles de peligro e inmanejables.
La ausencia de Bolivia de ese foro es preocupante. Somos una reserva de gas natural importante en el Cono Sur, de agua dulce y Amazonía. Son tres elementos que apropiadamente combinados resultarían en una estrategia de captura de inversiones para infraestructura y lucha contra la pobreza. Es un foro, el IRENA, que no debió desaprovecharse. Claro, pero como aquí andamos en peleas internas, fracturas y confrontaciones políticas el aspecto técnico relevante de la energía está considerado marginalmente.
Los pasos que desde esa nueva agencia se darán estarán dirigidos a corregir modelos de industrialización, reformular marcos normativos y regulatorios y promover la inclusión de nuevos países a la iniciativa de insertarlos a las "nuevas" energías renovables como la hidroeléctrica de "pequeña-escala", la biomasa moderna, la eólica, la solar, la geotérmica y los biocombustibles.
En éste acápite Bolivia tiene la palabra: combinar nuestra potencialidad de gas natural, un energético limpio, del que se puede industrializar una serie de nuevos energéticos no contaminantes (proyectos gas to liquids como diesel premium, dimetil eter, metanol) junto a iniciativas de biocombustibles que no han sido técnica ni políticamente bien profundizados en Bolivia.
Será importante que esa nueva agencia y los países signatarios enfoquen un trabajo muy serio es en la investigación de fuentes de abastecimiento de energías alternativas y en su producción a escala, haciéndolas accesibles comercialmente al gran grueso de la población y sin necesidad de cambios estructurales en la sociedad con mecanismos financieros efectivos y tecnologías de bajo costo.
Nuevos tiempos, nuevos desafíos, mismo objetivo: derrotar la pobreza, la marginalidad, la exclusión y abastecer a la sociedad de los elementos de los que no puede prescindir: agua y energía. Y Bolivia, en éstos dos acápites, tiene la palabra.

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