Muchos dicen que todo cambio es bueno, y en Bolivia ya sabemos que no es así. Solo los cambios positivos son buenos, los cambios que adoptan sentidos correctos. La promesa del cambio hizo que en 2005 se elija a quien prometió representar ese cambio exigido por la sociedad boliviana, consciente de la necesidad de hacer las cosas de un modo diferente. Algunos que soñaban con ese cambio necesario apoyaron una propuesta basada en promesas y palabras bien presentadas y mediaticamente correctas, y que luego de 3 años de gestión gubernamental, nos damos cuenta que la realidad difiere de esas promesas.
Sin embargo, también es bueno reconocer que esas ansias de cambio no permitieron a una mayoría en Bolivia entender claramente la propuesta brindada. Y me explico de una manera sencilla: El partido victorioso en las elecciones del 2005 se llama “Movimiento al Socialismo” y desde el nombre nos indicaban el verdadero camino a recorrer. Entonces, lo lógico hubiera sido analizar lo que el socialismo hace, no lo que promete. Por lo tanto, lo único que se debería haber preguntado a quienes están dentro del proyecto masista es: Hacia que país nos dirigimos? Si la respuesta es Cuba o Venezuela, o Zimbabwe, solo podemos decir dos cosas: La primera, es que efectivamente están dirigiendo al país en esa dirección. La segunda que yo puedo decir, es que yo no acepto esa Bolivia socialista.
Veamos si estamos en ese camino: Enunciamos algunos cambios que ya han sucedido, antes de saber si la propuesta de constitución del MAS será aprobada el 25 de enero:
Ö Intento de copamiento del poder absoluto, tal como lo describe el más recalcitrante marxismo con su teoría de “lucha de clases” (blanco contra indígenas, pobres contra ricos, oriente contra occidente, etc), mediante la destrucción y ataque a la institucionalidad boliviana, minando la capacidad de ser pesos y contrapesos al poder ejecutivo, principio básico de democracia.
Ö Ideologización del poder, de la toma de decisiones, de la gestión publica. El funcionario público debe ser ideológicamente correcto, sin importar capacidad, conocimiento ni experiencia para realizar su función publica.
Ö Aspiración totalitaria a perpetuarse en el poder mediante una estrategia del unipartidismo y la eliminación del enemigo político bajo cualquier circunstancia, con cualquier medio disponible, sea legal o ilegal, mediante el uso de fuerzas paramilitares y con el genuflexo proceder de las fuerzas armadas y la Policía Nacional, utilizadas como instrumentos de fuerza del partido de gobierno.
Ö Política del miedo con la población, a través de mensajes agresivos y continuos de graves tragedias si no ocurre lo que el gobierno quiere.
Ö la identificación permanente del enemigo común según las circunstancias (los americanos, la iglesia, los españoles, los ricos del oriente, los políticos corruptos, la Unión Europea, etc.)
Ö Pérdida de mas del 60% de mercados externos de exportación, promoviendo la eliminación y debilitamiento del sector productivo privado, generador de empleos.
Ö Cleptocracia o gobierno de la corrupción como sistema. (YPFB, Aduana Nacional, Renta, etc)
Ö Creación del estado paternalista y proveedor, eliminando la economía de mercado y generando el asistencialismo y el rentismo entre los bolivianos, provocando la pérdida de dignidad del trabajo para convertir a miles de bolivianos en masas dependientes del estado.
Ö Uso de empresas públicas con fines políticos y debilitando empresas nacionalizadas por ineficiencia e incapacidad de gestión, utilizando estas empresas como botines políticos de negociación política. (ENTEL, por ejemplo, en dos años de gestión pública, perdió más del 20% del mercado de comunicación, del 63% al 41% el 2008).
Ö Aumento exponencial del narcotráfico (mas del 100% en un año.), protegido por quienes deberían velar la seguridad jurídica y combatir la delincuencia organizada.
Estos son solo algunos de los cambios que están sucediendo en Bolivia, y con la herramienta de homogenización y perpetración de poder que es la nueva constitución, vamos a presenciar el descalabro y la autodestrucción de un país lo suficientemente pobre como para recibir el castigo del socialismo, en cualquiera de sus versiones.
Algo es seguro: cualquiera sea el resultado del referéndum, el cambio llegará. Esta vez, el cambio llegará y costará vidas, sangre. Vamos a legar un par de generaciones más miserables, con ninguna oportunidad de tener una vida digna y productiva. Levantar este país será una tarea titánica por las posibilidades de profundidad de los daños causados a su estructura productiva, a su cultura democrática, a sus principios y valores republicanos.
Pero como un amigo me dijo en estos dias, estos son procesos, todo pasa. Y cuando pase, debemos estar preparados para asumir la tarea que se nos exige, ser actores del nuevo cambio. La única forma que las cosas cambien como nosotros queremos, es hacer las cosas nosotros. Preparación y compromiso con los principios que uno defiende. Y lo mas importante, estar a la altura de las circunstancias. Dar la talla y dejar poso (huella).
Reto a todos los que creemos en la libertad a asumir el compromiso de Dar la talla y Dejar poso
No hay comentarios:
Publicar un comentario