martes, 8 de enero de 2008

Luego del diálogo….la acción


Por Boris Gómez Úzqueda

Los ciudadanos bolivianos se dieron cuenta –en éste ejercicio de diálogo entre Poder Ejecutivo y gobernadores- que la razón y la verdad estuvieron siempre con los gobernadores que reclaman por democracia, legalidad y contra el autoritarismo estatal.

Luego de mucho tiempo de fractura política entre el Presidente y los gobernadores de las regiones de Tarija, Santa Cruz, Cochabamba (productoras de petróleo y gas) y las amazónicas de Pando y Beni, además de la incorporación reciente de Chuquisaca (que quedó sin gobernador tras los violentos hechos de noviembre 2007, otrora bastión oficialista), se abrió un espacio de diálogo por muchas horas basado en la revisión del IDH, la nueva Constitución oficialista y las autonomías. Ya era tiempo sentarse a conversar: a la dirigencia estatal se le estaba poniendo mal la cosa: siete de nueve regiones en contra, es un fuerte campanazo que los forzó a conversar de cara al país.

El Presidente planteó la creación de una "gran comisión" para redactar "un acuerdo nacional", en base a previos dictámenes de unas subcomisiones: "económica" que analice temas relacionados a redistribución al eje nodal de la lucha autonómica (las finanzas) del IDH (impuesto directo de hidrocarburos), impuesto que dicho sea de paso es una renta generada por la explotación de gas en Bolivia y fue creada por un gobierno anterior y cuando, coincidentemente, el actual gobernador de Tarija era presidente de la Cámara de Diputados; la segunda subcomisión referida al "estatuto autonómico y el proyecto de nueva Constitución", que deberá analizar la legitimidad y sobre todo la legalidad del mamotreto gubernamental ("constitución") que se aprobó en un cuartel y violando toda norma mínima; una tercera que analice la legalidad de las medidas adoptadas por el gobierno.

Ahora la acción es sencilla: mucho más sencilla de lo que se cree.

Si la tozudez de la dirigencia estatal cesa. Si sus afanes totalitarios finalmente son archivados y si finalmente han decidido a actuar en la senda democrática, el mentado diálogo tiene que rendir los siguientes frutos: a) que el Presidente instruya a su bancada en la Asamblea Constituyente, que es mayoría, a revisar la Constitución redactada por ellos mismos, anulando aquellos artículos que son atentatorios a la legalidad. Debe dejarse sin efecto: la reelección del presidente, la división territorial boliviana en 36 subnacionalidades indígenas, la desaparición del Congreso bicameral, la diferenciación ciudadana entre indígenas y no-indígenas, y otros que son harto cuestionados en todo el país por la visión marxista de la historia que esa "constitución" perfila.

b) Que –en señal de buena fé y de amplitud de diálogo como dijo tener la dirigencia gubernamental- el Presidente instruya a su bancada de legisladores en el Congreso Nacional para que, mediante nueva Ley, se deje sin efecto la confiscación a la que han sido objeto las gobernaciones del referido IDH. Y que sean los gobernadores quienes –siguiendo la anterior lógica- continúen administrando fondos de IDH para beneficio de sus regiones aceptando cubrir el pago de rentas de vejez a sus respectivos ciudadanos de la tercera edad.

c) Como todo el andamiaje del Estado boliviano está sujeto en los ingresos de la renta hidrocarburífera (del gas fundamentalmente) que el diálogo sea útil para que –en un acto de infinita sabiduría e iluminación- la actual dirigencia gubernamental empiece a a debatir y a consensuar una Ley de Hidrocarburos. Es inaudito pero quienes han formulado la fallida tesis de la "nacionalización" de hidrocarburos ni siquiera tienen una ley sectorial que de cobertura legal y regulatoria a inversiones en energía.

d) Que la dirigencia gubernamental impulse el referéndum revocatorio siguiendo reglas de transparencia.
e) Que de parte del oficialismo haya respeto absoluto a la autonomía, como nuevo modelo de manejo del Estado, y respaldado por el voto ciudadano. La autonomía debe recibir la categoría constitucional y debe ser de ámbito departamental en aquellas regiones en donde el voto así lo decidió.
Veremos si logran hacer todo esto. Veremos si reconducen el manejo del Estado. Hay dudas, pero de todas formas anhelamos que el diálogo surta efectos positivos.

Los bolivianos estamos cansados de recibir malas noticias. La dirigencia estatal socialista tiene la palabra.

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