Desde Santiago: Chile podría ir a mayor velocidad



Por Boris Gómez Úzqueda
Es muy gratificante estar sentado en la lujosa zona comercial de Las Condes tomando un café, o dar vueltas en Providencia o Vitacura con mis buenos amigos de una prestigiosa universidad local con quienes coincidimos –viendo hechos y cifras en mano- que es una de las capitales más pujantes de América Latina y Chile el país más importante con relación a su desarrollo y crecimiento, no en vano en las pasadas fiestas de Navidad la "fiebre" de compras de regalos navideños implicó que los chilenos gastaran casi 5.000 millones de dólares este mes de diciembre, según informes del propio presidente de la Cámara Nacional de Comercio.
Hay empleo, tienen capacidad de ahorro y de endeudamiento y de adquisición porque su economía va bien: tan bien que Santiago es equiparable a cualquier ciudad norteamericana y europea por el frenesí del consumo.
Pero les está fallando algo: energía. Tienen serias necesidades de completar su demanda y hasta el propio Senado anda preocupado y su Comisión Mixta de Presupuestos aprobaron para 2008 a favor de la Comisión Nacional de Energía incremento de 200% con relación a la gestión pasada para ser enfocados a programas de Eficiencia Energética, apoyo al Desarrollo de Energías Renovables No Convencionales y análisis de Energías Renovables a todos los tipos: eólica, solar, geotérmica, centrales hidroeléctricas, biocombustibles todo para subsanar su carencia de gas natural que, en la desesperación piensan traerlo vía LNG desde Indonesia.
Colegas y profesores universitarios coincidieron conmigo que no tienen otra alternativa que ver la forma de negociar con el régimen socialista del marxismo indigenista incrustado en el Estado boliviano, el mas temido del vecindario y con reservas que –con dinero para exploración y explotación por los próximos 10 años, bien planificado- podrían ser la fuente más cercana de suministro de gas y valor agregado (electricidad) a Chile.
Les frena la conocida ingobernabilidad de nuestra Bolivia. Hasta los taxistas saben que el régimen socialista pro-venezolano de Bolivia no es de los mejores para iniciar alguna negociación en proyectos energéticos bilaterales.
Los perjudicados en la capital son quienes generan electricidad por los pasados racionamientos porque casi el 70% de la demanda de gas natural en Chile es para electricidad de plantas de ciclo combinado que han debido volver –a regañadientes- al diesel, muy caro y muy escaso.
La preocupación chilena por energía es evidente. Se siente en las conversaciones informales y en círculos de la industria: podrían enfrentarse a una potencial caída de su importante PIB desincentivado inversión extranjera y suspensión de varios proyectos en transformación de metales, refrigeración de alimentos y otras por falta de gas.
Lógicamente el valor del combustible está por los cielos porque se está dando preferencia al diesel para electricidad antes que para transporte.
El panorama energético para Chile en 2008 es desalentador de no tomar iniciativas ahora.
Lindo fuera que se diera un escenario más o menos así: que en Bolivia se reinstale la racionalidad –tras el referendazo que la cansada ciudadanía podría propinarle al régimen socialista pro castrista- y con Chile –y otros países- diseñar inversiones en negocios de rentabilidad y beneficio conjunto: Chile necesita electricidad y Bolivia podría venderle a precios competitivos para paliar la pobreza que está carcomiendo nuestra patria.
Porque el debate de las energías alternativas o de la energía nuclear que empezó a tomar cuerpo en Santiago son muy costosos, mas vale mirar en el vecindario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario