viernes, 2 de noviembre de 2007

Diesel–GLP: El ciclo vicioso continúa


Boris Gómez Úzqueda

Hoy, no voy a aburrirlos con cifras, datos ni percepciones objetivas sobre el proceso de nacionalización, mismo que, por boca de su propio mentor y ex ministro, no fue lo que ellos querían: y por ello les salió mal.
Vamos a comentar del círculo vicioso incrustado en nuestra economía, que no permite crecimiento –ni el ejercicio de competitividad- en el sector: la subvención al diesel y GLP que para este 2007-2008 trepará más de $us 20 millones más de lo presupuestado con lo que el TGN erogará cifra mayor a 180 millones, echando por tierra cualquier presupuesto y certificándonos algo que ya sabíamos: nuestra reducida capacidad de refino (ya re estatizado), nuestra incapacidad de exploración y de comercialización y la incapacidad de la dirigencia estatal en fijar políticas públicas coherentes de largo plazo, que pongan en cintura su fallida "nacionalización", que impide aumentar volúmenes de producción de crudo para refinerías.
No nos explicamos cómo –sin tener recursos suficientes para el financiamiento de la Renta Dignidad que pretende reemplazar al Bonosol- seguirá el Estado en sus acciones de subvención de diesel y GLP. No tienen plata para nada por eso echan mano del IDH de las regiones.
El mercado interno de diesel y GLP tendrá un soporte financiero mayor de lo pensado, obviamente, por el alza del precio internacional del petróleo, que está por encima de los 89 dólares el barril y por nuestra indefendible incapacidad de refino. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el precio del crudo llegará a 100 dólares, incidiendo en presupuestos nacionales, en negocios y hasta en política: imagínese al Presidente de Venezuela con semejante precio del crudo. Para Bolivia significará incremento en subvención de diesel y GLP, porque el costo de ambos está "congelado" para el mercado interno.
Bolivia deficitario en producción de diesel que adquiere en el exterior a precio internacional perviviendo el círculo vicioso: no hay refino porque no hay inversión, no hay combustibles porque la capacidad de refino es muy baja, y no hay combustibles porque no hay certidumbre, porque no hay confianza de inversores extranjeros para venir a poner dinero en el país, de suerte tal que el propio Ministro de Energía se fue a Estados Unidos y a Brasil "a buscar inversiones". Tamaña incoherencia que nadie entiende: a los primeros, la dirigencia estatal los odia y a los segundos se les incumple en el pacto de suministro de gas y se les hostiga con una serie de apreturas, que no se deben hacer entre buenos vecinos.
Tanto GLP como diesel son urgentes para atender al sector agrícola y transportes y para consumo de hogares. El consumo de diesel llega a más de 20 mil barriles día y la producción no llega ni a 14 mil barriles necesitando, por tanto, importar 8 mil barriles ¡a precio internacional, para cubrir la demanda. ¿Y saben de dónde viene el diesel?: de los amigos íntimos de la dirigencia estatal: de Venezuela. El caso del diesel es de efecto dominó: la carencia del mismo degenera en decaimiento en la industria del agro.
El consumidor interno paga por una garrafa de 10 kilos de GLP 23 bolivianos, y por litro de diesel 3.22 bolivianos. Ambos productos tienen precios astronómicamente superiores en Perú y Brasil, por ello algunos justifican el contrabando. El punto central es la falta de políticas estructurales en energía que no se resuelven con subvenciones coyunturales.
Aunque los dirigentes estatales andan diciendo que habrá incremento en capacidad de procesamiento de la refinería Gualberto Villarroel de Cochabamba en 5 mil barriles de crudo y la de Santa Cruz, Guillermo Elder Bell, en 12.500 barriles la solución pasa por una visión global del negocio energético: basta de parches, diseñen una política energética ¿Por qué no pensar en refinerías de 100 mil barriles día para el año 2014?: desgraciadamente, porque no hay suficiente producción. No hay inversión y no hay estabilidad. Y así el círculo vicioso se repite.

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