jueves, 8 de noviembre de 2007

Desde Tarija al mundo: en Bolivia la democracia está en riesgo

Por Boris Gómez Úzqueda*



"Vamos a defender la democracia y los recursos financieros que permitrán autonomía a las regiones" es el clamor de dirigentes, ciudadanos y gobernadores de las regiones petroleras de Cochabamba y Santa Cruz, y de la región gasífera de Tarija y de la zona amazónica de Beni y Pando que representan 2/3 del territorio boliviano y que están reunidos en Tarija preocupados por la intolerancia, los hechos de autoritarismo de la dirigencia estatal boliviana que responde a dictados del presidente de Venezuela antes que a sus electores.

En la cita de Tarija se desnudó -una vez más- que el partido en función de oficialista no tiene vocación democrática, en todo caso tiene sentido de hegemonía y de vencer antes que convencer.


Y con el sentimiento quebrado estamos viendo sistemáticamente reducir nuestros valores ciudadanos y nuestra democracia a simples actos simbólicos de poca trascendencia: desde minimizar a nuestros héroes de la Independencia hasta poner a nuestra bandera boliviana supeditada a una rara banderola que nadie conoce (whipala).



El motivo de la cita del sur, en Tarija, es para analizar y buscar soluciones que –al no llegar desde el ejecutivo central boliviano- deben ser asumidas por las regiones que están cercanas al ciudadano y ante una marcada ausencia de gobierno.



En Bolivia hay crisis económica: una galopante inflación de dos dígitos en el "país de las maravillas que igualará a Suiza en unos años", como ya dijo alguien de la dirigencia estatal, o una incertidumbre que da miedo: anunciaron "medidas radicales" contra la propiedad privada ¿significará confiscaciones? ¿persecuciones políticas valiéndose de la propiedad?, ¿descalificación del oponente quitándole sus pertenencias? ¿una Bolivia sovietizada al estilo caribeño? Ésta crisis económica dice mucho cuando el máximo ejecutivo del ente emisor pide "importar alimentos". Ya no podremos tener seguridad alimentaria a causa de un clima extraño que sofoca y que mata la iniciativa privada y el espíritu de emprendedor.

Ésta crisis se ve reflejada también en la falta de inversiones nacionales, en una contundente desinversión extranjera directa porque hay un abierto "odio" a capitales multinacionales a los que luego van a rendirle pleitesía apara que vuelvan. ¿No fue así entonces cuando el máximo responsable de la energía en Bolivia se fue a Nueva York a pedir inversiones para el sector?

En la Bolivia del primer presidente indígena hay una evidente e inocultable crisis política: ingobernabilidad: el Presidente apenas tiene afines 3 de 9 gobernadores ¿es esto un efectivo control territorial? La principal bandera con la que arribaron al mando estatal no funciona: la asamblea constituyente, que debió redctar una nueva carta constitucional se convirtió en malhadado punto de desencuentro entre bolivianos por un lío relacionado a dónde establecer la capital de Bolivia, lío que, por cierto, tiene a la dirigencia estatal parcializada a favor de un reducto de sus votantes. A ello agregar un Parlamento subalternizado que para efectos de la real politik no tiene el peso específico correspondiente en un Estado que debiera ser parlamentarista. La crisis política se siente día a día: la dirigencia estatal está abiertamente enfrentada a gobernadores que considera sus opositores porque está en contra de un irreversible proceso autonómico que encumbrará a las regiones a cumplir un nuevo rol para Bolivia: la producción y solidaridad, en detrimento de las viejas prácticas de la dirigencia estatal centralista y de mando monolítico totalitario aprendidas en la forja del sindicalismo de donde provienen.

Hay crisis energética: no hay combustibles, la gente sufre recortes de electricidad, sigue cocinando a leña en algunas ciudades importantes y porque hay un evidente fracaso de la nacionalización, que en 2006 con discurso y foto puso a la dirigencia estatal a tomar militarmente campos e instalaciones de la industria hidrocarburífera. Es inaudito: tenemos reservas de gas más importantes de América Latina pero no hay gas para los bolivianos. Pero están volviendo sobre sus pasos: el fracaso de su pseudo política energética (la nacionalización) los llevó a buscar nuevamente a multinacionales -¿quizás propiciando el retorno de multinacionales? Para que pongan dinero en la industria, dinero que en algún momento los dirigentes estatales debieron pensar que se "transformaría" desde la hoja de coca, por efecto alquímico como podrían creer éstos folcloristas milenaristas dirigentes estatales.


En el país hay una evidente c risis social que los gobernadores y comités cívicos de las regiones conbtrarias al régimen ven como un serio riesgo a la unidad patria: división etnoracial acentuada, fractura del país, descontento ciudadano. Nunca antes, ni en el peor momento de las dictaduras militares o de los partidos políticos "del sistema" se temió tanto por la virulencia que la dirigencia estatal le imprime en contra de lo moderno, de lo democrático, de lo global y de la soberanía: nunca antes un presidente -como en la actualidad el de Venezuela- "dirigió" la política interna de Bolivia.

Ante el miedo y el avasallamiento fratricida que la dirigencia estatal boliviana somete al ciudadano, la propuesta sincera, fraterna y nacionalista de los gobernadores de Tarija, de Santa Cruz, de Cochabamba, de Pando y de Beni es: luchar para evitar el derrumbe de la democracia plena, invocar al diálogo, a la concertación, al respeto a los valores ciudadanos y ante todo un mensaje: que la comunidad internacional se de cuenta que en Bolivia el intento de erigir un régimen castro-chavista será imposible, porque aquí, en Bolivia, las cosas funcionan de otra manera.

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