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FOTO:Analista en hidrocarburos y consultor boliviano Boris Gómez Úzqueda.
En los próximos veinte años y con el uso de 3 TCF (trillones de pies cúbicos) se podría producir 30.000 barriles por día con una planta de GTL que transforme química, física e industrialmente el gas natural en productos líquidos, lo que generaría mayores ingresos que los que se recibe por la venta de gas como materia prima.
El analista en energía e hidrocarburos, Boris Gómez Úzqueda, explicó que los proyectos de conversión de gas a líquidos, fundamentalmente a diesel, conocidos como GTL (gas to liquids) deben ser parte de un complejo de industrialización ubicado en el Chaco boliviano, en la zona productora de gas del país.
“Muchos comentaristas y analistas dicen que la industrialización del gas natural en Bolivia no es posible porque tecnológicamente, el GTL por ejemplo, no estaría comercialmente probado y eso no es verdad”, explicó Úzqueda, quien sustentó su afirmación mostrando la noticia internacional de que la petrolera transnacional Qatar Petroleum, junto a la Royal Dutch Shell, estará produciendo en 2012, con una inversión de 18.500 millones de dólares, 140.000 barriles por día (bpd) de productos derivados del proceso GTL (diesel, kerosene, nafta, jet fuel y aceites lubricantes) en la planta “Perla” de Qatar, un pequeño país gasífero del golfo Pérsico.
Gómez recordó que es necesario industrializar el gas boliviano en valor agregado, como procesos petroquímicos y conversión GTL gas a líquidos. “Para que un complejo de industrialización de gas natural sea posible en el país bastaría tener una nueva ley de hidrocarburos, cambiar de mentalidad, ser proactivos y abrir el país a estas iniciativas haciendo del Estado boliviano, a través de YPFB un socio en proyectos ‘joint venture’, movilizando hasta 6.000 (seis mil millones) de dólares de la masa de 10.000 (diez mil millones) de las RIN (Reservas Internacionales Netas) que tiene Bolivia en bancos y financieras del exterior y que no están generando los frutos que el país podría tener”, explicó.
A modo de ejemplo, Gómez dijo que para la factibilidad de una planta de GTL que transforme química, física e industrialmente el gas natural en productos líquidos, con capacidad de producción de 30.000 barriles por día (bpd), se requerirían financiamientos cercanos a 1.500 millones de dólares. Esa planta no consumiría ni 3 TCF (trillones de pies cúbicos) en los próximos veinte años. “Los precios de vender gas como materia prima versus vender diesel vía GTL son geométricamente diferentes, redundando beneficios a Bolivia”, explicó.
“Muchos critican este tipo de ofertas indicando que la tecnología no está probada, que no hay capacidad financiera y que no habrá forma de transportar y de conseguir mercados. Todos esos temas son ampliamente superados y sólo responden a viejas mentalidades”, dijo a El País.
Agregó que los productos de valor agregado producidos desde el gas natural, como diesel, nafta y jet fuel tienen mercados internacionales garantizados. “Con la producción de diesel sintético vía GTL se asegurarán mercados altamente consumidores como los estados del oeste brasileño, Argentina y Chile, además de haber satisfecho a cabalidad el mercado interno”, indicó.
En ese orden, Gómez explicó que el Estado boliviano, junto a capitales multinacionales, tendría que volcar esfuerzos ya para el cambio definitivo de la matriz energética a gas. Y en ese orden promover proyectos GTL (conversión de gas a líquidos) de escala para el mercado externo, principalmente, urgido de diesel. Obviamente, los marcos regulatorios deben ser atractivos.
Por otra parte, dijo que, en 2008, Bolivia importó 350 mil barriles (bbl) por mes y en 2009, 450 mil bbl. “La ‘falla estructural’ del tema radica en que no existe una política estatal hidrocarburífera. No hay la visión de hacer del gas la llave de suministro interno de combustibles y venta externa de excedentes con valor agregado.
Por ello se ha descuidado el proceso de exploración y, naturalmente, el de producción”, aseveró.
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