lunes, 22 de noviembre de 2010

Analista propone movilizar RIN para desarrollar gas, litio y hierro



El analista Boris Gómez Úzqueda, especializado en temas energéticos, conversó con El País sobre el panorama hidrocarburífero. Propuso movilizar 6 mil millones de dólares, de los más de 9 mil millones de dólares de las Reservas Internacionales Netas (RIN) que administra en Banco Central de Bolivia (BCB), y aceptar el ofrecimiento que hizo la Asociación de Bancos de Bolivia (Asoban) para prestar a empresas estratégicas del Estado 4 mil millones de dólares, con la finalidad de financiar lo que denominó una Nueva Política Energética (NPE) nacional.

La propuesta de Gómez se inscribe en la línea de debate iniciada en 2006, cuando otros analistas y autoridades de gobierno lanzaron propuestas de utilización de las RIN, cuya acumulación se hizo evidente a partir de la aplicación de la Ley de Hidrocarburos 3058, que invirtió la tendencia de exportación de riqueza (18% el Estado, 82% las transnacionales) al 50% a favor del Estado en materia hidrocarburífera. El crecimiento de las exportaciones mineras con mejores precios internacionales ayudó al incremento de las RIN de manera sostenida, entre otros factores adicionales.

En junio de 2007, el ex ministro de Hidrocarburos de Evo Morales, Andrés Soliz Rada, denunció que las RIN de Bolivia, que en ese entonces sumaban más de 3,1 mil millones de dólares “apuntalan economías y empresas foráneas”. Reveló que mientras Bolivia se prestaba de la Corporación Andina de Fomento (CAF) con intereses de hasta el 8% anual, el BCB le prestaba, a su vez, a esa misma entidad, a intereses menores al 1% anual. “Cada día lamentemos nuestra carencia de ahorro interno, causa principal de nuestras desgracias. Sin embargo, apenas Bolivia logra superávit fiscal, gracias a haberse detenido las políticas neoliberales y al incremento de precios y volúmenes de nuestras exportaciones, el Banco Central decide exportar nuestro ahorro interno”, expresaba entonces Soliz, para luego proponer que las RIN sean invertidas “en negocios de segura y alta rentabilidad, como plantas separadoras de líquidos, de GTL (gas a líquido, por sus siglas en inglés), refinerías, nuevos gasoductos y cambios en la matriz energética, al usar en el mercado interno gas natural, en todo lo posible, en lugar de GLP (gas licuado de petróleo), diesel o gasolinas”.

Si bien esa propuesta fue inicialmente ignorada por autoridades de gobierno, en 2008, tanto el ministro de Hacienda, Luis Arce Catactora, como el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, admitieron la posibilidad de emplear las RIN “en proyectos de desarrollo regional u otros temas en caso de que fallen los financiamientos planificados”.

“Siempre es posible utilizar, pero hay que ir haciendo los cálculos necesarios y siendo muy prudentes en el manejo de la información”, declaró entonces Arce. “El Estado boliviano tiene hoy siete mil millones de dólares en Reservas Internacionales y también podemos, como bolivianos, tener la capacidad de movilizar esos recursos”, dijo por su lado Quintana el 7 de julio de 2008.

De entonces a la fecha se han dado pasos agigantados. En efecto, el proyecto de ley financial 2011 incluye una autorización al BCB para invertir en títulos valor emitidos por empresas estratégicas como YPFB, Empresa Boliviana del Litio y otras, hasta el 30% de las RIN, cuyo monto asciende a más de 9.300 millones de dólares. Del silencio inicial y las tímidas declaraciones posteriores se pasó a los hechos.

Ahora es Gómez Úzqueda quien se suma a la corriente, pero desde un enfoque distinto y con sus propios matices.

El País (EP).- ¿La falta de reservas de gas y petróleo impedirá la industrialización con esas materias primas?
Boris Gómez Úzqueda (BGU).- Una apreciación. Desde 2003 está descuidada la potencialidad boliviana de generar industrias de valor agregado del gas: electricidad con plantas termoeléctricas, diesel sintético a partir del gas, nuevos energéticos como el dimethil éter, sustituto del GLP y como combustible, úrea, metanol, fertilizantes, petroquímica de segunda generación para plásticos, solventes, pinturas y otros, además de exportación excedentaria de gas modalidad LNG (gas natural licuificado), pero es perfectamente posible que Bolivia sea parte de ese circuito de países vendedores de energéticos.

EP.- ¿Hay menos gas?
BGU.- Ahora el debate insulso (respecto de) si tenemos menos gas o si nuestras reservas se esfumaron. No es importante. Los mejores especialistas en geología del país me han comentado -y sus análisis son públicos- que Bolivia tiene menos del 20% de su territorio explorado y que con inversión adecuada en perforación exploratoria se van a encontrar nuevos reservorios que posteriormente serán certificados y aptos para su comercialización. Los contratos con Argentina, Brasil y eventualmente la industrialización junto con la puesta en marcha del proyecto siderúrgico Mutún y el mercado interno estarán garantizados siempre y cuando haya inversión en exploración para motivar la producción.

EP.- ¿Cuál es su propuesta sobre exploración e industrialización?
BGU.- Los procesos de exploración, producción e industrialización van de la mano. Varias veces hemos sugerido que el Estado debe asociarse con capitales externos para –en el marco de una adecuada NPE- financiar ése trípode y reposicionar a Bolivia como centro de distribución de energía. No es un cliché. Los escépticos dudan de la posibilidad de financiar éstos procesos.

EP.- ¿Cómo se financiarían esos proyectos?
BGU.- La solución parte porque la dirigencia política tome decisiones financieras. Por un lado movilizar, como capital de aporte del Estado, hasta 6.000 millones de dólares de las RIN, que últimamente está cercana a los 8.500 millones de dólares, comprometer a valor de mercado y de Bolsa de Valores la monetización de hasta 3 TCF (trillones de pies cúbicos) de las reservas de gas a certificarse a futuro mediano, además de aceptar el ofrecimiento del presidente de Asoban que le dijo a los medios que “el sistema financiero privado del país dispone de 4 mil millones de dólares para invertir en proyectos estatales de industrialización del litio y los hidrocarburos” y, con ese colchón de más de 10.000 millones de dólares, asociar a Bolivia con capitales externos para hacer un programa intensivo de exploración, producción e industrialización en contratos joint venture.

EP.- ¿Cómo debe ser el marco legal y político para movilizar esos recursos?
BGU.- Para esto se requiere, obviamente, una nueva Ley de Hidrocarburos y un ambiente de estabilidad democrática que garantice la inversión externa.
En ésta década debe haber la política del “pentágono energético” traducida en sus siguientes aristas: 1. Exploración, 2. Producción, 3. Industrialización en valor agregado. 4. Infraestructura social, 5. Litio y hierro.

EP.- ¿Cómo sería la fórmula de financiamiento?
BGU.- La fórmula sería: que el Estado atraiga capitalistas externos que se comprometan a financiar procesos de exploración, de ser exitosos continuar en la producción y en la industrialización, con ventajas fiscales, riesgos compartidos y equilibrados, y para buscar y asegurar mercados y contratos de largo plazo. Siendo el Estado “accionista” de todas éstas operaciones percibirá renta a través de government take y rentabilidad de los ingresos de venta de valor agregado.
Vale decir que dejaríamos de ser únicamente rentistas para convertirnos en emprendedores del negocio energético que es muy rentable en el mundo. Vender diesel, electricidad, plásticos, fertilizantes –derivados del gas- en mercados altamente demandantes es rentable. Y si a ello sumamos a la fórmula financiadores del proyecto y de la infraestructura, y de la logística de transporte por mar, Bolivia está pensando en grande y jugando en las grandes ligas.

EP.- ¿Hay ejemplos exitosos de industrialización de gas?
BGU.- Por supuesto. Trinidad y Tobago vende LNG y metanol a mercados externos, Chile vende metanol sin tener mucho gas y Qatar -en el Medio Oriente- es la capital mundial del GTL (del gas a diesel) que aquí podríamos producirlo perfectamente.

EP.- ¿Marcharía un proyecto GTL en Bolivia? ¿Cómo?
BGU.- La decisión debe ser política, que parta del más alto nivel del Estado y que defina de una buena vez arrancar el proceso de industrialización. Una planta GTL (de transformación química de gas natural a diésel, nafta y combustible de aviación) para 45 mil barriles por día requiere un capital de inversión de 1.800-2.000 millones de dólares. Bolivia podría financiar tranquilamente esa planta. Y para posteriormente suplir de diesel a todos sus vecinos y venderlos a precios de “valor agregado” en vez de seguir exportando materia prima, además de cubrir sobreabundantemente la demanda interna de diesel.

EP.- ¿Es el mercado eléctrico la mejor opción para el gas?
BGU.- Sí, claro que sí ya que el establecimiento de termoeléctricas de generación de electricidad a gas natural, cuyos excedentes serán para los mercados externos, particularmente Brasil y Chile y que “siembren” electricidad barata en todo el territorio nacional son parte importante de una NPE.

Además, un proyecto de exportación de LNG –excedentes de gas para el mercado de ultramar- tiene que tener contratos con termoeléctricas a dónde suplirlas.
Otro ejemplo: una planta de producción de fertilizantes como amoniaco y úrea a partir del gas natural. Aquí Bolivia tendría que apurarse si es que quiere asegurar el mercado brasileño que a estas alturas tiene proyectado hacer una planta de fertilizantes en nuestra frontera alimentada de materia prima.

El financiamiento debe incluir un proyecto de exportación de LNG –unos $us 7.000 millones- quizá junto a Perú que ya dio los primeros pasos para llevar gas al norte del continente. Esta NPE sugerida desde hace mucho tiempo atrás tiene una arista importante: luchar contra la pobreza. Por ello los ingresos por renta y rentabilidad de los negocios permitirán al Estado tener una infraestructura social poderosa: todos los ingresos por renta y rentabilidad de los procesos de industrialización deben ser exclusivamente direccionados a obras públicas y finalmente la otra arista del pentágono debe estar dedicada al desarrollo de la industria del hierro y litio que van a necesitar de electricidad y gas de bajo coste. Y aquí se abre otro capítulo del desarrollo boliviano.






FUENTE: http://www.elpaisonline.com/noticias/index.php?option=com_content&view=article&id=14791:analista-propone-movilizar-rin-para-desarrollar-gas-litio-y-hierro&catid=1:local&Itemid=2

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