por Boris Gómez Úzqueda
No es la primera vez que tocamos éste tema.
Ahora con más preocupación.
Las exportaciones de gas descendieron en 35% en enero 2009 comparativamente a enero 2008 según varios informes privados y públicos y que han sido objeto de análisis de parte de gremios institucionales, compañías del sector y universidades entendidas en temática de hidrocarburos.
Habiendo menos ingresos por concepto de venta de hidrocarburos naturalmente bajan las recaudaciones nacionales y regionales.
Aunque los datos estatales siempre son atrasados y confusos, el informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra que el valor cayó de 260 millones a 177 millones de dólares. La venta de gas natural a Brasil facturó 141,86 millones de dólares y a la Argentina, 35,43 millones. El primero compró 20 MM3d menos que el año pasado, cuando el contrato es de 30 MM3d.
La crisis económica global hará que las compañías multinacionales den prioridad a operaciones en países de probada capacidad de reservorios, de estabilidad política regulatoria y de menos conflictividad, retrayendo las inversiones en países como Bolivia.
El descenso del valor del crudo a precios que no fueron contemplados afectarán inversiones en infraestructuras energéticas, en proyectos de transporte, en proyectos de comercialización y en negocios de exploración y desarrollo de campos, que son tan requeridos por Bolivia.
El Presupuesto calculado por el Ministerio de Hacienda para 2009 calculó el precio del barril en 73 USD, muy lejano de la cotización actual.
No olvidemos que Bolivia tiene una economía basada en minería e hidrocarburos. Lamentablemente la minería está en su peor momento y los hidrocarburos han ingresado al ciclo de bajada, obviamente, cuando la crisis y la recesión sean superados, el precio del barril de petróleo va a volver a trepar, porque es el ciclo de la economía de la energía.
Hay quienes afirman que la trepada de precios será no por la demanda sino por el costo de producción. En nuestro país el crudo nuevamente subirá, pero incrementando adicionalmente costo/país por la inseguridad política emergente de una Nueva Constitución que no es atractiva a nuevas iniciativas en negocios energéticos.
Bolivia no tiene la capacidad de desarrollar procesos de exploración de nuevos campos, porque además de que la estatal no tiene recursos suficientes está en su peor momento.
Los ingresos fiscales de las regiones van a ser reducidos, afectando a la gestión de obras públicas, por ello es que la recuperación retroactiva del IDH debe ser encarada por los prefectos de Tarija, Santa Cruz, Beni, Chuquisaca y por los dirigentes cívicos de Pando, el Poder Ejecutivo central está obligado a desmovilizar fondos que han sido confiscados a las regiones y esa batalla no debe cesar porque ese dinero, más que nunca, tras la reducción de los precios del barril de petróleo serán necesarios para evitar la paralización de obras públicas en las regiones.
En 2008 los ingresos por el IDH en las prefecturas llegaron a 1.150 millones de bolivianos, pero habrá un fenómeno de contracción de casi 50% del ingreso por exportaciones,afectando al precio BTU a venta de GN a Brasil de 6.20 a 3,20.
Las regalías, dado los buenos precios, incrementaron 45% de 3.141,3 millones de bolivianos a 4.558 millones. En época de precios altos del barril (promedio 100 USD) Bolivia llegó a exportar casi 3200 millones de USD (200 millones en crudo y la mayor parte en GN), ahora los Municipios verán recortados sus presupuestos y por tanto sus servicios de salúd, educación y obras de saneamiento básico.
La crisis verdadera para Bolivia llegará cuando terminen los pagos por exportación de hidrocarburos a precios internacionales altos que han persistido hasta la fecha dados los valores del pasado año.
El Poder Ejecutivo garantizó, pese a la reducción de ingresos por hidrocarburos, el pago de sus bonos Juancito Pinto y Dignidad, ambos no-sostenibles y que no representan inversión en infraestructura a largo plazo.
A la baja del precio del barril Bolivia debe sumar la baja en su producción de líquidos: en 2007 produjo 50 000 barriles, versus los 46 000 que produce ahora, para una producción de menos de 40 MM3d cuando debiera Bolivia estar ya en 80 MM3d.
Así de mal anda la cosa, además con el principal padre de la nacionalización preso en San Pedro.
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