domingo, 29 de marzo de 2009

¡Bien hecho, sigan peleándose con Brasil!

Boris Gómez Úzqueda

Obviamente no comparto el título de ésta columna. Creo firmemente que Brasil es y seguirá siendo un socio estratégico para Bolivia especialmente en temas energéticos. Pero quienes están a cargo de la administración del Estado hacen precisamente lo que no deben hacer: atacar a un gigante económico el Sur que dado su crecimiento requerirá –siempre- de gas boliviano, incluso si logra una cierta independencia en ésta materia.
¡En 2008 sólo se perforaron cuatro pozos! (Colombia perforó 82, Perú 153 y Argentina 1.105) y no hubieron las “grandes inversiones” que desde el “comando” de los nacionalizadores se esperaban. Ello muestra una vez que están errados en el asunto energético.
En 2005 cuando presentaron en su “programa” de gobierno el tema “nacionalización” me adscribí a la tesis de que la misma nunca funcionaría porque apartaba del esquema de exploración, producción, refinación, comercialización y apertura de nuevos mercados a la poderosa “mano invisible” del mercado, dejando a un escuálido Estado boliviano –sin dinero y con serios cuestionamientos de ser antidemocrático- a merced de las turbulentas aguas corporativas de la industria de petróleo y gas que pone dinero en países no tan conflictivos como éste, o en donde no les “nacionalicen” sus proyectos de largo plazo.
Como postre de las reformas al Estado de mediados de los noventa -con la denominada política del triángulo energético que fue salvajemente reemplazada por la “nacionalización”- el sector hidrocarburífero aportaba al crecimiento del PIB más del 30% versus menos del 4% que hoy representa.
Y hoy están escribiendo otra historia de esa nacionalización: están "perforando" las relaciones con Brasil. Como nunca hicieron una “agenda energética”, y sólo actuaron hormonalmente, los dirigentes gubernamentales hoy le exigen a Brasil compre mayores volúmenes, porque a menor producción de gas menor producción de combustibles para consumo interno.
Brasil está adquiriendo 20 MMm3d (millones de metros cúbicos por día) de 30 formalmente pactados a mediados de los noventa. El Ejecutivo boliviano hace malabarismos llevando “algo más” de volumen a la Argentina que subió el consumo a 6 MMm3d, y suministrando “algo más” al mercado interno (que ya llegará a 7 MMm3d), cifras que impiden la producción y refinación de combustibles que ahora sí serán importados. Ya estamos consumiendo diesel venezolano y pronto será gasolina chilena.
Brasil dejó de comprar máximos volúmenes porque quizá quiere mostrar a los actuales administradores del Estado boliviano que los caprichos y las rabietas no encajan en negocios energéticos, peor con vecinos como ellos y porque –técnicamente- incrementaron sus niveles de agua en sus hidroeléctricas. Como los nacionalizadores no tienen idea de política energética ahora, en su desesperación, “ofrecen” enviar 2 MMm3d a la termoeléctrica de Cuiabá… aunque sabemos que en condiciones normales de compra de gas de Brasil, Bolivia falló el suministro a Cuiabá, precisamente porque no hubieron multimillonarias inversiones que los cálculos de la nacionalización creyó que habrían.
Lindo hubiera sido que los nacionalizadores –al haber atemorizado a norteamericanos y a europeos con eso de la nacionalización- se hubieran aliado con Brasil para hacer negocios conjuntos transfronterizos. La multinacional brasilera Petrobras ya hacía planes desde que el barril de petróleo estaba en su pico alto, planes para exploración y producción de gas y petróleo. Durante la crisis prepararon un marco regulatorio adecuado (una nueva Ley de Gas) que prioriza inversiones para reducir importaciones y fortalece a su Agencia Nacional de Petróleos (ANP) para estimular condiciones de competitividad en toda la cadena energética y en biocombustibles.
Por ello es que Brasil, y su Petrobras, tienen su Plan de negocios 2009-2013, ¡¡plataforma de inversión de 174.400 millones de dólares!! De ellos ni mil millones a Bolivia, naturalmente nadie le da dinero a quien ataca.
Con semejante cifra para exploración y producción apuntan a contar con 8500 MW de electricidad adicionales, 75 MMm3d de gas, refinar 2,68 Mbpd (Millones de barriles de petróleo por día) y adicionalmente disponer de dos plantas de regasificación (porque seguirá recibiendo LNG) y una de licuefacción de gas (¡exportar gas licuificado!). Como también piensan en industrialización pondrán dinero en petroquímica y adicionalmente terminar de “conquistar” la producción de biocombustibles, sin olvidar sus operaciones internacionales en diferentes países.
Ese es el Brasil con el que los “genios” de la nacionalización se confrontan y hacen a un lado, ese es el Brasil al que hubiéramos enamorado para hacer los mismos proyectos con esa inversión ¿se imaginan?: industrialización de gas boliviano con inversión brasilera. Pero la historia impuesta por los cocaleros-oficialistas dispuso otra cosa.
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