Por Boris Gómez Úzqueda*
Hacen unas semanas atrás ya tratamos de entender –con tertulia de por medio con colegas, expertos, geólogos, petroleros, hombres de inversión y ejecutivos del negocio energético- la recientemente lanzada "Estrategia Boliviana de Hidrocarburos" (EBH), sobre la que ya dijimos no responde a criterios de realidad ni es una efectiva NPE –nueva política energética- que el país requiere para fijar nuestro norte en negocios en el sector por los próximos cincuenta años.
La EBH no considera que la piedra fundamental de negocios en upstream o dowsntream, para la cadena implica multimillonarias inversiones de compañías multinacionales que, de momento, y dado el carácter de país-convulsionado que tenemos será difícil asentarlas en el país. Peor aún con la Constitución que se pretende aprobar.
Ni crean que –suponiendo el caso- estabilizado el país saldremos a anunciar a los cuatro vientos que "Bolivia está libre de confrontaciones, bienvenidas las inversiones en el rubro hidrocarburífero", y por el sólo anuncio –aunque el mamotreto de la EBH esté bien impreso y empastado- las compañías de energía, los bancos de inversión y las constructoras de infraestructuras van a venir a poner millonadas de dinero en el país del gas. Ya dijo el secretario ejecutivo de ARPEL que Bolivia requiere 35.000 (treinta y cinco mil millones de dólares) en los próximos diez años para convertirse en un verdadero hub energético Continental. Cifra con la que coincido plenamente.
No se pueden elevar volúmenes de producción de líquidos, o de gas si es que no hay cantidades de dinero suficientes que relancen la exploración, la explotación, la refinación y la infraestructura de comercialización.
¿De dónde?¿Quiénes?¿Cuánto?¿Cómo vendrán las inversiones para "superar" en menos de diez años –como prevée la EBH la producción de 100 millones de metros cúbicos por día (Mmm3/D), la de petróleo, los 100 mil barriles diarios (Bl/D)- si a la fecha ni siquiera se pueden consolidar nuevos mercados, tampoco cumplir con contratos externos y estamos comprando líquidos de Chile?
Creemos que los "buenos deseos" del redactor de la EBH no son suficientes, requiriéndose por tanto el establecimiento de un Consejo Nacional de la Energía, a cargo de expertos, notables, políticos, empresarios, técnicos, y entendidos que digan cuál la visión y enfoque de Bolivia plasmado en una NPE, pero basada en datos y cifras, en hechos, en proyección de mercados, en alianzas con el sector privado multinacional y en estabilidad de reglas de juego y de legislación.
La EBH, independientemente de su "buen deseo", ni siquiera tendría el sustento de una nueva ley del sector ¿se sustentará en la Ley 3058?
Nuestro planteamiento es que de haber una NPE tiene que estar basada en un nuevo esquema regulatorio legislativo. Nada de parches ni remaches.
La tarea de la NPE es mucho más compleja que la propuesta de la EBH: debemos garantizar nuestro consumo interno, cumplir contratos con Brasil y Argentina; abrir nuevos mercados circundantes y lo que es más importante: romper la visión tradicionalista de exportadores de materia prima y apostar a ser industrializadores de valor agregado
Lo racional sería encontrar en el documento un análisis financiero previo que establezca supuestos técnicos reales señalados para alcanzar montos de inversión con respectivas fuentes de financiamiento para llevar a cabo actividades de exploración y producción.
La EBH prevé que el año 2026 Bolivia tendrá reservas de 56 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas, el doble de las existentes actualmente, pese a que hasta entonces se consumirán alrededor de 20 TCF. La meta del plan es mantener permanentemente una relación de Reserva a Producción (R/P) de 20 a 1. La EBH no explica cuál la procedencia de fondos para financiar tal empresa.
La estatal de petróleo y gas dijo -por separado a la EBH- que necesita 8,000 (ocho mil) millones de dólares para producir 100 MM3/D de gas, 100 mil Bl/D de líquidos y alcanzar 100 TCF de reservas ¿entonces cómo se compatibilizan los datos entre YPFB y la EBH? No hay coherencia institucional entre la EBH y los planes del brazo operativo de los negocios en energía que es YPFB.
Tampoco se tan exquisita ésta EBH para acápites relacionados a refinación, transporte, almacenaje, distribución, industrialización, sino un listado abstracto de buenas intenciones.
La reflexión final: ya se perdió tiempo, es momento de hacer una propuesta seria y coherente en relación a hidrocarburos, una NPE sería la respuesta adecuada.
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