La trampa del revocatorio y el fraude electoral de Evo Morales

Por Cayo Salinas, Abogado y analista político

Ambas vienen juntas y traen consigo un solo fin: Evo Presidente por mucho tiempo. Para ello, es imprescindible imponer un modelo estatista, represivo de las libertades democráticas, intimidatorio respecto al pleno ejercicio de las garantías constitucionales e impostor por su carácter populista. Lo preocupante es que la trampa y el fraude, hoy por hoy, tienen un complemento y es que, según la prensa, al Gobierno ¡le encanta la idea de adiestrar militares para actos propios de grupos subversivos! Y eso, muchachos del MAS, es terrorismo de Estado.
Pero vayamos por partes. Miremos la trampa. La Ley de Referéndum Revocatorio viola, groseramente, los sistemas electorales previstos en la ley al establecer que sea el voto de la minoría el que determine la continuidad en el cargo de una autoridad electa frente a la voluntad del voto de la mayoría.
Un prefecto puede obtener más del 50% de aprobación y de igual manera debe dejar el cargo. En sentido contrario, Evo puede quedarse en él si inclusive el 50% + 1 decide revocarlo; en este caso, lo que prevalece es la voluntad de la minoría inferior a ese porcentaje.
Hay más. El efecto posterior al revocatorio también es ilegal, porque si un prefecto es revocado, deja su cargo inmediatamente para que sea Evo quien designe a su reemplazante, lo que lesiona la Ley 3090 que interpretó el art. 109 de la Constitución, donde los prefectos, para ser designados, deben ser previamente elegidos. Ahora miremos el fraude.
La denuncia documentada que hizo la diputada Ninoska Lazarte respecto al fraude que el Gobierno estaba montando a través de la ‘carnetización’ en provincias no es reciente. El año pasado Ninoska buscó mi opinión jurídica con el objeto de proteger la actuación de dos jóvenes que obtuvieron cédulas en Chapare tan sólo modificando un par de letras en su apellido. Una misma persona, con dos identificaciones diferentes logradas el mismo día.
En esa ocasión, leí informes internos de la Policía en los que funcionarios de Identificaciones establecían que de la Base de Datos de la Cedulación Gratuita existen registros de personas con fotografía de sus titulares y otras sin fotografía; que el registro que contempla fotografía en muchos casos está en blanco (vacíos) y que esas imágenes están ligadas a un número de carné tal como si fuera la fotografía del interesado; que el registro contempla fotografías que en muchos casos registran paisajes, a más de una persona en la misma toma, cables y computadoras, y que esas imágenes están ligadas a un número de cédula tal como si fuera la foto del interesado. También que el número de valorados no guarda relación con el número de filiaciones realizadas (se tiene más personas ‘filiadas’ que valorados expedidos).
Leí una nota en la que el responsable del programa nacional de cedulación confiesa que “las computadoras portátiles usadas en los procesos de cedulación trabajaron durante dos años en Venezuela y por un año completo en el país, (por lo que) ha resultado imposible la recuperación de alguna información por el mal estado de los discos duros de dichos equipos”.
Son informes legales donde sustentan la ilegalidad de las disposiciones que avalan ese proceso por su manipulación y donde alertan que el coordinador del Programa de Cedulación retiene información que es de propiedad de la Policía. ¡Qué hábiles!, ¿no lo cree? ¿Será entonces que el incremento del padrón electoral anunciado por Exeni – representante de Evo en la CNE– es transparente? Ahora entiendo por qué el Gobierno está tan seguro de ganar. Ley a su favor, carnetización fraudulenta y terrorismo de Estado. ¡Que trilogía!