En días mas Tarija lleva su estatuto a referendo. Tras la derrota política de la dirigencia estatal central en Santa Cruz, en Beni y Pando -y pronto en Chuquisaca con elección de un gobernador autonomista que reemplace al monigote centralista- la cosa es de vida o muerte en el sur del país.
En lo personal estoy preocupado por Tarija, porque el objetivo del régimen totalitario es apoderarse de la región energética más importante del cono Sur latinoamericano.
Para ello no dudarán en poner plata y recursos venezolanos para controlar la región más poderosa del país, la región en donde están el 90% de reservas de gas y desde donde se tiene que iniciar una industria en energía, en plásticos, petroquímica, en diesel, en refino y en exportación de combustibles y excedentes de gas al Continente.
Por Dios ! la importancia de Tarija, a la que me liga historia y sangre, es vital. La misión de la cruzada democrática encabezada por los gobernadores de Tarija, de Santa Cruz, de Cochabamba, de Beni y de Pando -y de los ciudadanos- es no permitir que el autoritarismo comunistoide pro iraní, pro venezolano y castrista coopte Tarija porque desde allí se generará el dinero para sostener a los bolivianos por los próximos cien años.
La opción tarijeña, y boliviana, por ahora en materia de hidrocarburos y energía es esperar a que ésta administración estatal concluya su periodo constitucional, para que en breve plazo iniciemos proyectos energéticos de largo alcance pero con visión global, democrática y de integración que permita flujo de capitales multinacionales para el desarrollo de una industria compleja y sensible como la hidrocarburífera.
El objetivo estratégico de los autoritarios es controlar El Alto y Tarija, sumando así la ecuación fuerza-economía, con ello el proyecto-país de una nueva Bolivia democrática, inclusiva y sostenible estaría liquidado. Tendrían la fuerza de los grupos sociales movilizados de El Alto y el dinero por venta de gas de Tarija, con ello la dirigencia estatal central sabe que teniendo en su poder El Alto y Tarija logrará neutralizar el eje Santa Cruz-Chuquisaca-Tarija y con ella debilitar el procesos autonómicos y por ende someter la democracia a la dictadura del corporativismo sindicalizado cocalero.
Pero más allá de la perspectiva política, en lo económico la pérdida de la gobernación de Tarija sería un golpe a una futura política energética boliviana. Si con más de dos años de nacionalización no lograron avanzar en nada, ni en inversión ni en estímulo de industrias de valor agregado, peor harán nada teniendo el control político de Tarija. Olvidémonos de nuevas plantas de refino, de nuevos bloques exploratorios, de nuevos gasoductos, de industrias de líquidos o de exportación de excedentes, un grupo de "sabios" telúricos etnocomunistas controlarían a la "Kuwait latinoamericana" y la esclavizarían retrasándola.
Por ello el 22 de junio es vital. Es vital para recuperar y fortalecer el espíritu tarijeñista -mismo que en 1825 decidió pertenecer a Bolivia- y es fundamental para afianzar la democracia que permitirá inversiones en energía. Tarija es, quizá, la región más importante del país dada su situación geopolítica de centro energético continental en donde, para sorpresa de incrédulos y para rabia de sus detractores, en menos de 15 años será el centro de suministro de gas, de electricidad, de combustibles, de plásticos...las posibilidades con inversión en Tarija son incalculables y motorizarán su cambio y desarrollo humano.
*Máster en Administración, técnico en gas, consultor en hidrocarburos del sector privado.
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