Por Boris Gómez Úzqueda*
La poca iniciativa del régimen cocalero es de risa: compran diesel a sus grandes amigos venezolanos. Recientemente el Ministro de Hidrocarburos del régimen confirmó adquisición de diesel a Petróleos de Venezuela (PDVSA), cerca de 100 mil barriles mensuales adicionales.
La locura que vive el régimen boliviano es significativa: al haber perdido más de dos años en su ridícula "nacionalización" –que no trajo ni atraerá un solo peso a industrialización de gas en valor agregado, ni a producción de petróleo aun cuando el precio del mismo está encima de USD 100 ni de gas cuyo precio está encima de 10 /MMBTU- es lógico que vayan corriendo con lloriqueos a pedir aumento de cotas de importación a sus amiguetes venezolanos que ya vienen trayendo 250 mil barriles de diesel actualmente y que eso sí, no les perdonan y les cobran.
Y todo el barullo porque en vez de haber diseñado una política energética coherente de largo plazo se les ocurrió "nacionalizar", cerrando posibilidades de inversión a nuevos jugadores internacionales que estaban interesados del escenario gasífero boliviano. En lo que son expertos los autoritarios son en autodestrucción: sí, ellos mismos se han encargado de hundirse con "políticas" contrarias al aparato productivo boliviano (caso prohibición de exportar aceite vegetal, etc) y no han calculado que esas son señales negativas para, por ejemplo, encarar nuevas inversiones en exploración de nuevos reservorios de gas o petróleo, que permitan perforación de nuevos campos (¡apenas tienen 3 pozos perforados éstos bárbaros, el peor nivel en la historia!); y naturalmente los niveles de producción de combustibles líquidos y de gas han caído peligrosamente. No vamos a redundar en cifras pero hay una alarmante disminución de inversiones en toda la cadena del sector.
Este nuevo episodio de la errática forma de proceder de la dirigencia estatal en materia de hidrocarburos es porque no se aplicó, a las refinerías, procedimientos de modernización ni inversión en nuevas que permitan cubrir demanda interna de líquidos.
Sobre el diesel: es importante para campañas productivas del agro (que ahora los autoritarios quieren liquidarlo) y los buenos amiguetes venezolanos del Presidente de la República con toda su potencialidad en negocios petroleros no son capaces de venir a invertir en refinerías de alta capacidad, en plantas de petroquímica ni menos en exploración a escala ejercitando así su "solidaridad" de la hermandad socialista. Los venezolanos –expertos en hacer buenos negocios con venta de combustibles- no perdonarán a que Bolivia pague 50% en período de 90 días con interés de 2% anual, el 50% restante debe ser cubierto por Bolivia –naturalmente- en otro lapso y a otro interés. En otras palabras: Venezuela hace negocios con Bolivia vendiéndonos diesel.
Lo "lógico" hubiera sido que ese diesel sea un regalo ya que con mayor facilidad regalan cheques a Municipios no es un pecado pensar en que el diesel podrían también regalarlo.
El nudo central de todo esto no es el diesel. Ni la falta de combustibles. Es la sobrada incapacidad del régimen en perfilar una estrategia de largo plazo, con planificación que asiente en una política energética que evite éste tipo de estupideces: comprar diesel cuando en Bolivia, con urgentes inversiones en exploración, producción, refinación y conversión podríamos tener tanto diesel producido a partir de gas natural que abasteceríamos mercados circundantes, pero eso es otra historia y éstos totalitarios ni tienen interés, ni visión y ahora no tienen ni tiempo en hacer cosas a largo plazo. Que sigan con su política confrontacional y de "parches".
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