martes, 1 de abril de 2008

Petroquímica inviable


Por Boris Gómez Úzqueda

Resulta paradójico el título de ésta columna cuando en honor a verdad la industria petroquímica es exitosísima a nivel global.

Los climas de incertidumbre que Bolivia genera susceptibiliza a inversores. Dada la coyuntura actual nadie vendrá con inversiones a un país fracturado.

La "nacionalización" prometía industrialización de gas en valor agregado. Muerta la nacionalización la industrialización deberá esperar años a que empiece, pasando el ventarrón marxista que asedia Bolivia.

La inversión petroquímica boliviana para los próximos diez años está calculada por encima de diez mil millones de dólares: sí, se necesitan plantas para una industria competitiva a nivel global que acompañe la creciente demanda de plásticos no sólo en Brasil, Chile o Argentina, sino en el Asia. Dato interesante: para antes del 2015 la industria petroquímica latinoamericana debe ser sometida a un multimillonario upgrade porque la demanda de polietileno crece a tal punto que requerirá expansión de operaciones de actuales plantas de plásticos.

Nuestros anhelos no deben detenerse en proyectar plantas de ± 2000.000 de T/A (toneladas/año) de producción de polietileno, sino que dados los volúmenes de etano (materia prima) mirar pensando a futuro: Asia y otros mercados compradores de plásticos. Podríamos convertir al Chaco en la capital mundial del plástico !

La clave: materia prima, tecnología, mercados "anclados", inversiones, certidumbre y climas políticos propicios. Aquí tenemos todos los componentes de ese negocio, excepto estabilidad que inversiones de ésta magnitud requieren para que negocios de tal capacidad no sean "nacionalizados", "bloqueados" o sujetos a caprichos de "movimientos sociales".

Puerto Suárez y/o el puerto del Pacífico en donde se vaya a instalar la planta de licuefacción de gas (para eventual exportación de LNG a ultramar) son ideales para petroquímica: en ambos casos de los gasoductos que allí confluyen se extraería etano y propano, sin perjudicar volúmenes ni poder calorífico del gas exportado a Brasil ni al LNG, respectivamente. Tanto petroquímica, exportación de LNG o industria GTL (conversión de gas a líquidos) –que requieren plantas complejas- tienen posibilidad de, paralelamente, fabricar fertilizantes (en el caso de Puerto Suárez para fertilizar suelos productivos cruceños, y en el caso de la planta del puerto para relanzar la zona agrícola de la empobrecida área tri-nacional: altiplano boliviano, norte chileno y sur peruano). Pero todo esto, que suena "fácil", requiere una política de Estado en Energía, a largo plazo y no sujeta a los vaivenes de la politiquería; peor aún de ésta totalitaria.

Como la "nacionalización" no trajo –ni traerá- inversiones no logró explorar ni menos certificar nuevos reservorios para valor agregado, siendo así ni siquiera se cumplirán compromisos asumidos por el Estado boliviano: Brasil (30 millones de metros cúbicos por día incluyendo 2 mm3/D para compresoras de gasoducto, para la ciudad de Cuiaba 2.2 mm3/D y a COMGAS 1.2), peor cumplir con Argentina (7.7 mm3/D con proyecciones de llegar hasta 27.7), en éste acápite desde el 01.01.2007 debieran estar recibiendo los argentinos 7.7 mm3/D pero sólo les llega menos de 5 mm3/D, que nos someterá a multas contractuales que redundará en el precio pactado del gas; con éstos datos peor siquiera pensar en petroquímica.

La dirigencia estatal no cumplirá con el mercado interno que sobrepasará consumo de 8 mm3/D, ya que la producción está en menos de 40 mm3/D. Y el invierno está encima, no habrá GLP ni combustibles, la electricidad seguirá faltando y no hacen nada por sacarnos de ésta "crisis energética" jodida.

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