martes, 12 de febrero de 2008

LNG a Chile


Por Boris Gómez Úzqueda

Desde que recuerdo en 2004 el entonces presidente de Chile se metió de lleno en buscar alternativas de suministro de gas y electricidad.

Pensaron en transportar gas desde Indonesia, ante la debilidad del suministro argentino que cada año reduce volúmenes satisfaciendo prioritariamente sus propias demandas internas que ya tienen una gran cuota de gas boliviano.

En algún momento se habló de venta de electricidad de Bolivia a Chile, se dijo de un "gas por mar" para de alguna forma salvar entuertos histórico-geopolíticos que involucran ambas naciones; pero al final –y estando tan convulsionada Bolivia con cambio de varios presidentes en cinco años- Chile se animó por LNG (gas natural licuificado) traído allende sus fronteras en procesos que involucran logística de transporte, infraestructura y millonarias operaciones con capital multinacional.

Clave: visión global, planificación a largo plazo, complementariedad con el aquí repudiado "capitalismo" multinacional.

Misma operación quiso hacer Bolivia para llevar gas a mercados del Norte pero hubo empecinamiento y ni siquiera fue considerado por los actuales dirigentes gubernamentales y el proyecto quedó, consecuentemente, truncado.

¿Que se podría haber vendido gas y electricidad a Chile?, por supuesto; pero creo que Chile se terminó de animar por LNG ante la constante inestabilidad e ingobernabilidad boliviana propiciada porque internamente la dirigencia estatal de nuestro país apenas controla menos del 30% del territorio nacional, y tiene en contra de su visión marxista de la historia a seis regiones, precisamente aquellas en donde están los reservorios de gas y petróleo (Tarija, Cochabamba, Chuquisaca, Santa Cruz), haciendo inviable cualquier proyecto, por ello es que los chilenos andan felices con recibir LNG en su Bahía Quintero.

Buscan asegurar su matríz energética a largo plazo. El LNG a regasificarse tendrá contratos "ancla" de 20 años de duración y utilizará gas desde Guinea Ecuatorial o Nigeria en la lejana África y transportado por una flota de tanqueros de una de las compañías miembro del consorcio. Negocios complejos, altas inversiones, que requieren un país estable con visión de futuro, como es Chile.

Bajo liderazgo de la pública Empresa Nacional del Petróleo en consorcio con Endesa Chile (20%), ENAP (20%), Metrogas Chile (20%) y la británica BG Group (40%) en esa bahía a 110km al noreste de Santiago, recibiría casi 1000 millones de dólares en inversiones para una capacidad de suministro anual de 2,5 millones de toneladas de gas natural licuado.

Ello dinamizará la región porque habrá infraestructura: construcciones para la Terminal de aproximadamente 775 millones USD, ingeniería que incluye planta de regasificación, embarcadero para descarga de buques, tanques de almacenamiento de 160,000m³ c/u y para distribución a las industrias del gran Santiago a través de gasoductos. El gas que se lleve de Quintero a precios competitivos y sin interrupción de flujo permitirá a Chile no depender, en gran medida, de sus suministros de Argentina.

Se utilizará, vía gasoductos, para el sector industrial para generación de ciclo combinado, calderas industriales, módulos de distribución de gas comercial y residenciales proporcionando 40% de la demanda de gas de Chile.

Nos muestran que LNG es viable en América Latina, y que Bolivia pese a los retrasos y a la chata visión en política energética de su dirigencia estatal puede en el próximo periodo constitucional subirse al carro de negocios LNG.

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