viernes, 12 de octubre de 2007

Prefieren piedras teniendo sexo, a evitar la suspensión del proyecto petroquímico


http://www.opinion.com.bo/Portal.html?CodNot=6348CodSec=15

Boris Gómez Úzqueda

Resulta un aporte indiscutible a la ciencia de la humanidad el hecho de que el canciller del régimen boliviano Choquehuanca, afirme que "las piedras tienen sexo", tamaña idiotez que prefieren en vez de, por ejemplo, salvar el proyecto de petroquímica transfronterizo boliviano-brasilero.
Hace más de un mes, que tenemos información pública que la multinacional petrolera brasilera Petrobras dispuso "transferir" el proyecto de Polo Gas–Químico de la frontera con Bolivia a otro país. La lectura es sencilla: la suspensión del proyecto implica que, en Bolivia, no hay certidumbre y que la "agenda" extremista y totalitaria que, desde la dirigencia estatal, se impone no es de agrado para inversiones ni para edificar planes de tal capacidad.
Pero, no se les puede echar la culpa ni a los autoritarios dirigentes estatales, que hostigan y persiguen a los prefectos opositores, ni a los brasileros. Los primeros están "reconstruyendo" y "salvando" el mundo dibujando una nueva "ciencia" –en donde la coca reemplaza a los alimentos y las piedras fornican a vista del "maldito" capitalismo-, ni a los extranjeros que, en este caso los brasileros, andan asustados y hasta la coronilla con semejante trato que reciben de los dirigentes estatales bolivianos. Creo que es el peor momento de las relaciones con el gigante sudamericano.
Bolivia está bajo mando autoritario y corporativizado de una nueva élite, tipo el Talibán en el Afganistán de fines de los noventa, que cree en folklorismos milenaristas y que ostentan altos grados de inexperiencia e ineptitud en el tema energético. El "gran logro" del hoy mal manejado Estado boliviano es –con su fallida "política" de "nacionalización" de hidrocarburos- venezuelanizar e iranizar el país, poner a Bolivia en la picota del escarnio internacional y postrar a los ciudadanos a la pobreza: no existe mayor acceso a la electricidad, ni mayor expansión de gas a domicilios, ni gas para industrias ni energía barata para la gente y, sin embargo, "las piedras cogen" en la potencia Latinoamérica de reservas de gas. Hasta Dios se debe estar arrepintiendo de habernos bendecido tanto.
Y ante semejante anuncio del "traslado" de ese proyecto ningún dirigente estatal se ocupó en recomponer las cosas. Haciendo rápidas cifras, se puede colegir que un proyecto como el suspendido hubiera supuesto inversión de 1.500-2.000 millones de dólares en la región, con efecto positivo para Bolivia.
Otro aspecto a resaltar: la obsesiva determinación de la dirigencia estatal en aliarse con Irán, en permitir que el Presidente de Venezuela tome el rumbo y dicte la "política" energética boliviana, y en aislarse del entorno geográfico natural, hacen que se muestre una Bolivia inmadura para proyectos energéticos de largo plazo.
Un rápido repaso a nuestro vecindario nos dará la razón: con el Perú no hay buenas relaciones por los constantes desaires que la dirigencia estatal comete contra ese país, estándose, por tanto, paralizado cualquier proyecto bi nacional (como exportación de electricidad, o llevar adelante en conjunto el proyecto de LNG gas licuificado a mercados del Norte del continente); con Chile en foja cero: en 2003, los que hoy fungen en el Gobierno se opusieron a que por un puerto chileno se venda LNG y ahora –con descaro e hipocresía- analizan vender "gas por mar"; con Argentina: la dirigencia estatal no puede cumplir el suministro de gas pactado y peor aumentar volúmenes; con Paraguay: dijeron que enviarían gas, o sea venderían materia prima y olvidan que no hay gas ni para consumo interno; con Brasil: ni hablar… la situación es tan áspera que no creo que se solucione fácilmente.
En todo caso, resulta obvio darse cuenta que a la dirigencia estatal boliviana no se le mueve un pelo ante la caída de proyectos multimillonarios, porque los expositores de la pseudodoctrina de que las piedras tienen sexo prefieren gobernar un imperio de pobres a dirigir un país global, democrático y desarrollado con negocios energéticos.

No hay comentarios: