jueves, 25 de octubre de 2007

La nacionalización de rodillas



por Dante Pino Archondo, ex Diputado y ex Ministro de Estado

Me imagino que nada debe ser tan penoso e indigno que ir en calidad de nacionalizador a implorar inversiones al nacionalizado. Que patética y lúgubre habrá sido esa escena, en la que el Ministro de Hidrocarburos de Bolivia, le pide a su similar del Brasil dinero para poder venderle gas y que respuesta más dura la que recibió “debemos consultar a PETROBRAS, para tomar una decisión”.

A este punto ha llegado el gobierno de Evo Morales, al extremo de rogar inversiones, esas que se jactaba iban a ser operadas por YPFB.

Con una petulancia sin límites, el Presidente Morales regó sus discursos con frases de vencedor enseñando al mundo los supuestos resultados de su mal habido Decreto Nacionalizador.

Que Bolivia haciendo uso de su soberanía, de la recuperación de su dignidad y gala del Cambio había logrado aquello que los gobiernos neoliberales y traidores a la patria dispusieron en beneficio de las transnacionales. Esa fue la perorata de todos los días.

Y sigue aún echando en cara a los Prefectos opositores los beneficios del incremento de la renta petrolera, confundiendo el 32 por ciento que establece la ley de hidrocarburos aprobada por los partidos tradicionales MNR, MIR y NFR, con el 32 por ciento de su decreto que ha dejado de aplicarse desde el momento en que las transnacionales firmaron los nuevos contratos, que les favorecen mucho más que aquellos que firmaron durante el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.

Un verdadero ejemplo de lo que un revolucionario de verdad no debe hacer, es esta nacionalización del siglo XXI. Ese engendro de desaciertos, contradicciones y anexos que impiden las inversiones de la actividad petrolera contenidos en los nuevos contratos y esa carencia de capacidad gerencial y administrativa con la que se tratan estos temas de especialidad no podían tener otro resultado que el actual. Reducción de la producción de gas y derivados por ausencia de inversiones.

¿Dónde quedaron las bravuconadas del Cambio? ¿la demostración política del gobierno que iba a sacar a patadas a las transnacionales? ¿En que quedó la famosa industrialización que se iba a generar? Sin gas licuado en los domicilios, sin diesel para el transporte y la actividad agrícola, sin gas natural para exportar al Brasil y la Argentina, sin nuevos mercados a pesar de las reservas probables que tenemos, Bolivia ha quedado relegada y ahora humillada por sus propios compradores que si quieren nos harán el favor de ayudarnos.

Hace un mes atrás el Ingeniero Carlos Miranda Pacheco, se refería a un problema suscitado en el Ministerio de Hidrocarburos a propósito de la exoneración del señor Mariano Dupleich por haber sido “infidente” al revelar que una ciudadana de nacionalidad cubana ejerce el cargo de Directora de Desarrollo Energético “sirve para entender e ilustrar el hermetismo y falta de información que se tienen en el sector” nos decía el señor Miranda, para luego hacer una pregunta muy seria ¿Cuáles son las verdaderas reservas de gas que tiene Bolivia?

Tomando en cuenta un informe de Energy Press que devela la pérdida de más o menos 7 trillones de pies cúbicos de gas, con lo que las actuales reservas quedarían justas para cumplir los compromisos externos en la materia, la urgencia de inversiones en nuevas exploraciones se convierte en asunto de seguridad nacional.

Esta es la dimensión del tema, la seguridad energética nacional a pasado a depender, gracias a la genial nacionalización del siglo XXI, de la buena voluntad de las transnacionales petroleras.

fuente: http://www.hoybolivia.com/portal/Noticia.php?id=16096

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