viernes, 10 de septiembre de 2010

Potencial gasífero boliviano: mundo de las posibilidades infinitas.

Por Boris Gómez Úzqueda*
Bolivia continuará con su título de “potencial en proyectos energéticos” en tanto no se ejecuten planes de escala en plantas de procesamiento de gas en valor agregado.
Obviamente seremos un centro de distribución de energía muy importante para el cono sur. Esos hechos son harto conocidos por la opinión pública. Llegó el momento, sin embargo, de la ejecución. El propio Jefe de Estado volvió a remarcar que Bolivia está rumbo a la industrialización de gas en valor agregado.
En ese orden, siempre hemos insistido -desde ésta trinchera democrática que son las columnas de prensa impresa y digital-, que la vocación boliviana son y serán los negocios en energía e hidrocarburos. Mucho más que la minería y mucho más que la agricultura o el mismo litio.
El gas, convenientemente procesado en derivados va a sostener al Estado y a sus generaciones por decenas de años.
Para ello insistimos en la necesidad de debatir y constituir una NPE Nueva Política Energética y su respectiva Ley de Hidrocarburos que busque y promueva: el Plan general de hidrocarburos, el fomento público fiscal a la exploración, explotación e incremento de reservas en áreas tradicionales y en nuevas áreas con capitales externos, a la garantía de la inversión externa, y lo más importante a la Industrialización de los hidrocarburos en: generación de electricidad para venta de excedentes, conversión de gas a líquidos, procesamiento de gas en fertilizantes, en úrea, en plásticos y en energéticos de tercera generación como DME di metil éter.
Ello servirá para en lo interno Bolivia goce de energía a costo cero, prácticamente, sin importación ni de GLP, diesel ni combustibles, además de gas industrial y domiciliario y electricidad que promuevan industrias. Y en lo externo: cumplimiento de contratos de venta de materia prima pero fundamentalmente aseguramiento de nuevos mercados demandantes de valor agregado en economías emergentes como la brasilera y chilena.
Industrializar el gas es imprescindible para evitar venderlo con todos sus componentes capaces de agregar valor, y con ello dejar de ser país de exportación de materia prima a país de venta de valor agregado en modelos de negocios en donde el Estado sea partícipe y no sólo rentista. Que sea socio inversionista con riesgo compartido con capitales externos y no solamente espere ingresos de impuestos o regalías, que si bien son importantes no constituyen lo medular en lo que podría ser ingresos por rentabilidad de capitales en ejecución de negocios.
Obviamente ésta proyección es para largo y mediano plazo, en la seguridad de contar con legislación adecuada, atractiva y capitales que puedan servir para apalancar dineros frescos en proyectos de largo alcance. Es importante, por ello, el fortalecimiento del Ministerio de energía e Hidrocarburos, YPFB y a la EBIH.
El “fuerte” de Bolivia debe ser: producción de productos petroquímicos (amoniaco y urea), generación de combustibles a partir de gas (diesel gas to liquids) y generación eléctrica (termoeléctricas).
Muchos incrédulos siempre critican –y me han criticado- de que esto es “imposible” o que “no hay dinero” para plantas y proyectos que evidentemente consumen muchísimo capital. La respuesta a los enemigos de la economía del gas es sencilla: tenemos la posibilidad de ser socios en proyectos de industrialización, ora disponiendo parte de nuestras reservas internacionales netas que están “durmiendo”, ora como socios de proyectos en donde el Estado ponga parte de las reservas de gas futuras a descubrir en negocios de escala.
Todos los negocios descritos hasta el cansancio muestran que la participación externa es vital: no sólo porque van a apalancar dineros en el mundo, sino que nos van a asegurar mercados y contratos de largo plazo, abriendo al mundo para una Bolivia hoy cerrada.
Probablemente si Bolivia –junto a compañías externas- consolian proyectos sólidos en industrialización –que adicionalmente deben ir acompañados de exportación de excedentes tipo liquid natural gas LNG- reactivando el proyecto que va a encadenar a California y a México será suficiente motivo para que organismos multilaterales financien los mismos.
Con relación a las reservas y posibilidad de encarar éstos proyectos: adicionalmente a las reservas comprometidas para mercado brasilero 8 TCF, Argentina 7 TCF, mercado interno 2 TCF, una NPE y la respectiva Ley de seguro deben haber procesos exploratorios que aseguren la viabilidad y factibilidad de nuevos proyectos. Por ello es que se debe armar proyectos de industrialización a escala paralelamente a intensa exploración en el país. Ambos escenarios requieren inversión.
Esto es Bolivia amigas/os: es un potencial gasífero boliviano un mundo de las posibilidades infinitas.

*Máster en Administración, consultor del sector privado en industria, comercio, tecnología, hidrocarburos.

1 comentario:

LLon Pezo Araujo dijo...

Me parece fabulozo lo que esta pasando con su reserva y que aprovechen de la mejor forma este potencial.

Y para su plan de exportacion deberian de tomar en cuanta al PERU para su salida al mar.