sábado, 8 de agosto de 2009

Las locuras del “Vice” boliviano Álvaro García Linera


por: Manfredo Kempff Suárez*
Habíamos guardado un silencio tolerante con el vicepresidente de la República, Álvaro García Linera, pensando en que un hombre culto, como aparentaba ser él, podría alentar un saludable equilibrio para frenar los dislates diarios de Evo Morales. No obstante, después de varios años en el gobierno, por más esfuerzo que hagamos, tenemos que convencernos de que el “Vice” está chalado y que es un perjuicio para S.E.

No solamente porque es un dandy frustrado, que a la hora nona, muy tarde ya, quiere brillar entre los indígenas y la chusma de baja estofa, sino porque, simplemente, es una mala pécora. Él, el “hermano” Álvaro, ha resultado un vulgar provocador, un atrevido que quiere figurar como el más jacobino en este gobierno de infelices.

En medio de la supina ignorancia de quienes lo rodean aparece como el gran consejero de S.E. Y, en verdad, debe serlo, en vista de las diarias metidas de patas de don Evo. El “Vice” es un sujeto que se ha intoxicado de libros que no ha entendido. Suficiente ejemplo es que haya puesto los puntos y las comas a la nueva Constitución, un bodrio. Esa Constitución se la va a tener que tragar el señor García Linera en algún momento. Él cree que los juicios de responsabilidades son sólo para los “neoliberales” y no se da cuenta de que la guillotina la tiene sobre su cogote.

¿Qué piensa el “hermano” Álvaro? ¿Cree realmente que el populacho será dueño del poder para siempre? ¿Y que él se podrá convertir en un Robespierre criollo? ¿Pero no está loco acaso? La cursilería de sus actos y su presencia tan delicada no condice con aquellas amenazas de “aplastar” a Santa Cruz y a su modelo económico. ¡Vaya cosa! El señor García Linera debería hacerle un favor a S.E. y eso es arreglar entuertos pero no incitarlos.

¿Qué le sucede con lo de vencedores y derrotados? ¿Quiénes son los derrotados? A todas luces los cruceños. Pero para una persona que conoce la historia no debería darnos por derrotados a los cambas aunque, en verdad, este gobierno del MAS nos ha golpeado duro. Es que las locuras del “Vice” no le hacen ver más allá de sus narices. Y si él no ve, menos verá S.E., suponemos. García Linera seguirá encabronando al “presi” con eso de los oligarcas terratenientes, y como don Evo es dado a creer fantasías le va a seguir escuchando boquiabierto. Pero hace mal S.E. porque se está enemistando, sin motivo, con la mitad de la población, que algo de patrimonio tiene, en tierras o inmuebles.

Lo cierto es que don Álvaro nos ha defraudado a todos. Pensábamos que era la cabeza lúcida del Gobierno y ha resultado un orate. El hombre no ha aprendido nada ni siquiera habiendo estado en la cárcel por terrorismo. Su compañero de celda el “Mallku”, que no ha leído ni “Peneca”, parece tener mejor tino que éste dueño de 25 mil libros. ¿Qué hacer en estas circunstancias?

Aquí se aplica, absolutamente, lo que le oí decir, hace años, a don Roberto Prudencio, uno de los más notables bolivianos, con ventaja. Decía: “¿Por qué los bolivianos inteligentes serán tan estúpidos?”. ¡Vaya reflexión! En la derecha seguro que habemos muchos imbéciles. Hay que reconocerlo. Pero el zurderío es abrumador en cuanto a cretinos. Son de una imbecilidad inaudita. Y un ejemplo de inteligencia idiota es el “Vice”. Jode con la wiphala, jode con el Himno Nacional, jode con el puño izquierdo en alto, jode con menudencias. La sesera no le da para más. Nada que ver con el adorado Lenin, ni siquiera con Castro. Pero, además, habla de las derrotas del Cambao, lo que es una majadería sin nombre.

En fin, qué se puede esperar de toda esta gallada masista. El “Vice” seguirá adulando a los habitantes del Plan Tres Mil, la Villa 1º de Mayo, la Pampa de la Isla, donde su pellejo estará seguro rodeado de camba-collas quintacolumnistas. Pero ahí no está el poder cruceño ni mucho menos. Desde ahí no va a hacer el “cambio” que S.E. quiere. Linera tiene que llegar a lo que llama los “derrotados”, los “aplastados”, porque como bien ha dicho don Evo, no existe poder político sin poder económico.


*Manfredo Kempff Suárez
es escritor y diplomático.

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